martes, 5 de noviembre de 2013

Lo más importante de Periferias 2013



MerChef: El horror no estaba en los escenarios sino en nosotros. Nosotros vestidos de mamarrachas, nosotros ojiplaticos con la actuación de los ojete, nosotros con la sensación de que Periferias lo engloba todo y todo vale #OMG. Soy publico habitual (aunque vaya por inercia) pero sigo viendo poca gente. Sera que bebo pero no veo ese incremento del 15% que da la organización #WTF Hasta la proxima edicion... ¡y que sea lo que Luis quiera!. Alegria de vivir #LOL.

Ojal_a: Queriendo sin querer, me he tragado casi el festival enterito. Un festival desdibujado, donde desde hace unos años campa la sensación del sálvese quien pueda y el todo vale. Aún así siempre es estimulante para una Huesqueta que solo vive para la peatonalización. La decepción Ojete Calor (¡y mira que lo tenían fácil!) y entre lo positivo la energía y músculo de Za! la interpretación al Theremin del imprescindible Justo Bagüeste (Artlab Big Band) y la propuesta de danza-teatro infantil Malasombra. Gracias a la compañía Au Ments por el montaje y por la selección musical, interesante y alejada del canon infantil. Volveré a la exposición de la DPH, porque aunque algo escueta tiene chicha. Fin.

Eleni: Un escritor raro. En torno a Tomeo, coloquio sobre la vida y obra del escritor. Resulta que estaba absorbido por sus obsesiones, que no le gustaba leer mucho, que conoció a Kafka tarde y que no le interesaba hacerse el intelectual. Resulta que le interesaban noticias, hechos y conocimientos absurdos y las mujeres, las absurdas y las coherentes. Resulta que siempre le acompañó la contradicción y que se mostraba tal cual era, con sus defectos, obsesiones y aficiones. Y por eso le querían, le acompañaban y le soportaban sus amigos, editores y escritores. Era, fue un escritor solitario al que le gustaba la compañía. Una celebridad allá, casi un desconocido aquí. Un escritor de relatos al que se han empeñado en adaptar teatralmente. Un marginal que escribía literatura marginal. Un escritor que amaba los monstruos y las deformidades, tal vez porque desde muy temprano intuyó que no hay nada más horripilante que un mundo simétrico en el que todo encaja. Un surrealista en época hiperrealista. Un escritor al que hay que leer sobre todo por placer. En su escritura como toda escritura surrealista vamos a encontrar humor, contradicción y obsesión a partes iguales. Lo que más me gustó, su despedida: “Iros a vivir”. Probablemente esa frase condense su forma de ser y su escritura.

3 comentarios:

Raquel dijo...

Bravísimo!

Raquel dijo...

Bravooo!!

Raquel dijo...

jajajaja.....ahora mando 3 x1. Yo esto no lo entiendo